19 febrero, 2013

Discurso de Regis Iglesias, Portavoz del Movimiento Cristiano Liberación, Cuba



En mayo de 2002 por primera vez desde que llegara al poder en 1959 la dictadura de Fidel Castro, más de 11, 020 cubanos demandaban legalmente un plebiscito para que fueran reconocidos sus derechos.

Yo fui uno de esos cubanos que firmaron y reunieron las firmas necesarias, según establece la propia Constitución cubana, para hacer valida una petición ciudadana a las autoridades.
Yo fui uno de los gestores del Proyecto Varela y tuve el privilegio junto a Oswaldo Paya y Antonio Díaz de presentar esa demanda en la sede del Parlamento cubano.

En Cuba no se respeta el derecho de los ciudadanos a expresar libremente lo que piensan, ni a asociarse libremente según sus intereses. No se reconocen aun las libertades económicas, pese a las cosméticas medidas que como concesión, no como derecho establecido y garantizado, las autoridades ahora anuncian al mundo y no son más que el intento de cambio fraude para mantener los privilegios de una casta en el poder.

En Cuba no hay elecciones libres y lo que el régimen cubano llama “proceso participativo” no es más que la ratificación de 612 individuos escogidos por las organizaciones afines a la dictadura, para ocupar los 612 puestos de Diputados nacionales.


Por esto fuimos secuestrados y sancionados en una grotesca farsa judicial 75 líderes y activistas por los derechos y las libertades de los cubanos.

Fuimos arrestados y permanecimos por más de 30 días en celdas tapiadas, calurosas y hacinadas junto a individuos acusados de tráfico de drogas. En 30 días solo pude ver el sol una sola vez y era sometido constantemente a interrogatorios en oficinas climatizadas con bajas temperaturas, para intimidarme y hacerme acatar en vano las infamantes calumnias con que nuestros captores nos acusaban.

Luego, fuimos trasladados a centenares de kilómetros de nuestros hogares y encarcelados junto a criminales comunes en prisiones por toda la isla. Casi no se nos permitía visita o comunicación con nuestros familiares, se nos violaba la correspondencia, no se nos permitió en aquellos primeros años leer la Biblia o libros sobre la historia de Cuba y universal. No pocos de entre nosotros fueron víctimas de salvajes golpizas por parte de nuestros carceleros. Nuestra alimentación era magra y de muy mala calidad. Los insectos, los roedores pululaban y la fetidez en aquellas condiciones antihigiénicas nos exponía constantemente a todo tipo de enfermedades.

Con el tiempo algo cambio aunque muy poco este vergonzoso castigo, pero para algunos de nuestros compañeros de causa las extremas condiciones de arresto se mantuvieron casi invariables.

Finalmente a muchos no nos quedo otra opción que decidir a petición de nuestras familias agotadas en 2010 el destierro. Ellas también fueron víctimas de un trato inhumano al tener que trasladarse en las difíciles condiciones del transporte público en Cuba, cientos de kilómetros para poder vernos y llevarnos libros y bolígrafos, un poco de comida y medicinas. Nuestros familiares también fueron maltratados y humillados por nuestros captores.

Las promesas de cambio del régimen no son más, hasta el momento, que otra farsa para intentar ganar tiempo y consolidar sus privilegios oligárquicos.

¿Qué, si no, es esa supuesta “libertad de viajar” que aun deja en manos de la policía política cubana la decisión final de entregar a la persona que tiene intención de viajar, el pasaporte autorizándole o no a hacerlo? Un chantaje, un método más de selección de la represión en a partir de los intereses del régimen y en muchos casos no depende del individuo ser beneficiado o no por tal gracia.

Igual pasa con las medidas para reanimar la economía y la agricultura quebrada de la isla. Es en último caso la Seguridad del Estado quien decide si la persona puede dedicarse a un pequeño negocio de servicios o tener en arrendamiento por un tiempo limitado alguna parcela de tierra a la que hacer producir.

Oswaldo Paya luchaba contra este cambio fraude, así le llamaba él y le llamamos nosotros. Luchaba contra esta perpetuación de la oligarquía que mantiene sometido al pueblo cubano.

Esta posición honesta y coherente del líder fundador del Movimiento Cristiano Liberación era estridente a los oídos de la Junta Económico-Militar de la isla y a los intereses de los que tanto dentro como fuera de la isla están interesados en pactar privilegios y no derechos.

Por eso le asesinaron junto a Harold Cepero el domingo 22 de julio de 2012 mientras viajaban con dos jóvenes solidarios que desde España y Suecia se habían trasladado a la isla para conocer el sentir y los anhelos del pueblo cubano.

Si, Oswaldo Paya y Harold Cepero fueron asesinados, fueron víctimas de un atentado que les costó la vida y esto lo sabemos desde el primer día por las informaciones que tanto victimas como testigos hacían llegar a amigos fuera y dentro de la isla. Estos hechos los hemos podido corroborar con los testigos sobrevivientes a este crimen. Con ellos, a los que han intentado imponer una feroz mordaza aun cuando ya están fuera de Cuba pero continúan rehenes del chantaje que la dictadura hace a sus gobiernos, gobiernos democráticos que callan e intentan silenciar la verdad que conocen desde el primer momento de los hechos.

Por eso pedimos a la comunidad internacional, a las personas de buna voluntad, que nos apoyen a crear una Comisión Independiente que investigue los hechos del 22 de julio de 2012 y se haga la luz de esa verdad que conocemos y nos han confirmado todos los testigos.

Oswaldo y Harold visitaban ese día a líderes y activistas en el oriente de la isla que están divulgando y trabajando en la iniciativa El Camino del Pueblo.

Esta propuesta, que han firmado más de 2000 activistas de más de 70 organizaciones defensoras de los derechos humanos, la mayoría de ellas dentro de la isla, es la respuesta de los demócratas cubanos a esos intentos de cambios fraude que desconocen los derechos del pueblo e intentan ignorar y desprecian a la no violenta oposición cubana.

Queremos que nuestros hermanos demócratas del mundo sepan esto, sepan que dentro de Cuba se trabaja en medio de la más terrible represión, sin odio pero sin miedo, por los cambios verdaderos que acerquen el día de la libertad.

Queremos que nos escuchen, que la solidaridad vaya a esa insipiente sociedad civil que crece y se multiplica, que es capaz de ponerse de acuerdo en lo fundamental para nuestro pueblo: libertades civiles, económicas y políticas, justicia social primero y elecciones libres. Este es el cambio por el que trabajamos, el cambio por el que muchos cubanos han ofrendado ya en más de medio siglo de dictadura sus generosas vidas.

No puede ser ni en América, ni en Europa patrimonio exclusivo de un partido, ni de un gobierno las cuotas de solidaridad con el pueblo cubano o en qué momento les es más oportuno según sus propios intereses nacionales ser solidarios o no serlo. No necesitamos de esta exclusividad hipócrita.

Queremos como nación independiente que se nos apoye puntualmente, sinceramente a devolver la soberanía, secuestrada por una tiranía, al pueblo cubano, según diseñamos nosotros mismos nuestro propio proyecto de presente y futuro. Queremos que nuestros amigos en el mundo nos acompañen a transitar el camino que hemos diseñado y ya caminamos, el Camino del Pueblo.

Pedimos Solidaridad con nuestra Liberación.
Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario