¿Importa si el Consejo de Derechos Humanos
de la ONU pospone un debate sobre presuntas violaciones de Israel?
Espantoso, nos dijeron la semana pasada el
Consejo y sus defensores, que entraron en un estado de apoplejía cuando Israel,
al solicitar un aplazamiento, se atrevió a faltar a una sesión de revisión
prevista para el 29 de enero.
Incluso el New York Times entró en la
refriega - en un raro editorial dedicado a los tejemanejes del organismo de
Ginebra - acusando a Israel de socavar los derechos humanos. Titulares de todo
el mundo se hicieron eco del sentimiento de indignación.
UN Watch ya ha expuesto el grado de hipocresía de estas vacías acusaciones.
Pero ahora resulta que, exactamente al
mismo tiempo en que arreciaba la tormenta de los medios de comunicación arriba
mencionados, el Consejo adoptaba un enfoque completamente diferente hacia una
solicitud similar, efectuada por uno de sus propios altos funcionarios de la ONU de
alto rango: posponer un debate sobre presuntas violaciones de Israel.
UN Watch ha descubierto que el Consejo, en
voz baja, publicó una noticia anunciando que su propio contralor sobre Palestina, el tristementecélebre Richard Falk - quien fue expulsado de Human Rights Watch respondiendo a
nuestra campaña - no se presentará a la programada sesión del Consejo,
posponiendo su informe durante varios meses .
Falk, un teórico de la conspiración del 11-S,
tenía programado presentar su informe el lunes 18 de marzo - en el día especial
en contra de Israel, que es un rasgo distintivo permanente de cada sesión - al
mismo tiempo que la misión del Consejo que investiga los hechos sobre los
asentamientos israelíes presenta su nuevo informe. En lugar de eso, ahora nos
enteramos de que el informe de Falk ha sido aplazado hasta junio. No se dio ninguna razón.
A pesar de que el aplazamiento del informe
significa que un debate programado del Consejo sobre presuntas violaciones de Israel
- supuestamente un instrumento vital de la justicia en una situación de
urgencia - ahora se aplazará por varios meses, de repente no hay indignación,
ninguna objeción de principio, ni ninguna pregunta por parte del Consejo y sus
defensores.
Al parecer, el lobby anti-Israel del
Consejo estaba preocupado de que la programada diatriba de Falk quedara ahogada
por el informe competidor sobre los asentamientos, y así, arbitrariamente,
decidió modificar la programación del Consejo para distanciar sus medios de
propaganda en sesiones separadas.
Como suele suceder, esta no es la primera
vez que el Consejo ha pospuesto un informe de Falk, y el debate del Consejo, por
razones políticas.
En 2010, fueron los propios palestinos
quienes exigieron, y ganaron fácilmente, un aplazamiento del informe de Falk de
la sesión de marzo hasta junio de ese año.
Falk había enfurecido a Ramallah por su informe
a la ONU en apoyo de su acérrimo enemigo, Hamas, y por los comentarios
punzantes que había hecho sobre la AP y su líder, Mahmoud Abbas.
Esto es lo que los diplomáticos de EE.UU.
informaron, según lo revelado por Wikileaks:
[El embajador Palestino
adjunto] Zuhairi estaba visiblemente molesto por la referencia [de Falk] a
Hamas en su proyecto de informe. En el párrafo 8, Falk declara que la Resolución 64/10 de la AG de la ONU pide a
Hamas - vice de la AP - llevar a cabo investigaciones. Zuhairi argumentó que
había corregido, con demasiada frecuencia, los muchos errores de Falk y que
este último equivocado esfuerzo de Falk había ido demasiado lejos. Zuhairi dijo
que podría utilizar la reunión de organización del 18 de febrero del Consejo de
Derechos Humanos para tratar de bloquear la presentación del informe de Falk en
el Consejo de Derechos Humanos, sobre la base de que Falk se excedió en su
mandato, había abordado cuestiones fuera de sus instrucciones y no había reconocido
adecuadamente una resolución de la AGNU (ni hablar de la legítima autoridad de
la AP).
Eso fue el 16 de febrero de 2010. Dos días
más tarde, el delegado de la Autoridad Palestina se adelantó y le dijo a la ONU
que retrasara el informe de Falk, dando esta interesante razón:
Teniendo en
cuenta la cantidad de informes relacionados con la situación de los derechos
humanos en los territorios palestinos ocupados, bajo el ítem 7 del programa,
con el objeto de tratarlos de la manera más apropiada, solicito posponer el
informe del Profesor Richard Falk a ser considerado durante la 14ª sesión de la
CDH.
Así es: ¡los palestinos se quejaban de que
había demasiados informes sobre Israel!
Por supuesto, no obstante lo absurdo, la
ironía y la hipocresía de la solicitud, la ONU, obedientemente, reprogramó el
informe de Falk - y el debate – en deferencia, no a un problema de derechos
humanos, sino a los dictados de la agenda política de la OLP.
En respuesta, Hamas - a quien Falk, en
enero de 2013, comparó con los luchadores por la libertad contra los nazis -
rápidamente alzó la voz en defensa de su amado Richard Falk, informó Ma'an News:
El aplazamiento
del informe de Falk también llamó la atención de los líderes de Hamas en Gaza.
El lunes, el Ministro de Justicia en el gobierno de Gaza, controlado por Hamas,
Muhammad Faraj Al-Ghoul, celebró una conferencia de prensa denunciando al aplazamiento
como un intento de "matar el informe y darle a Israel una cubierta para
sus crímenes".
Ninguna sorpresa.
Al final, ¿qué importa si el Consejo de
Derechos Humanos de la ONU pospone un debate sobre presuntas violaciones de
Israel?
En realidad, desde el punto de vista de los
auténticos derechos humanos, no importa un comino.
En realidad, no importa en absoluto que el
Consejo aplazara la sesión de revisión de la semana pasada sobre Israel, ni el
informe Falk que había sido programado para el 18 de marzo de 2013.
En realidad, los así llamados debates del
Consejo sobre Israel tienen todo el debido proceso de una farsa de juicio
estalinista, donde el veredicto está dado de antemano, y los violadores y
asesinos desfilan como fiscales de la justicia.
El doble rasero del Consejo, cuando se
trata de aplazar informes y sesiones, es sólo un ejemplo más de los patológicosprejuicios en contra de Israel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, lo
que socava su credibilidad y proyecta una sombra sobre la reputación de la
organización mundial en su conjunto.
Traducción de José Blumenfeld, Por Israel
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